Teoría celular
La teoría celular es la más amplia y fundamental de todas las generalizaciones biológicas. Esta teoría
nos dice, que todos los seres vivos desde los más grandes, como las ballenas, hasta los más pequeños,
como los microbios, están constituidos por células. La célula es la unidad básica de todos
los seres vivos. Existen seres vivos muy pequeños como las bacterias y los protozoarios que están
constituidos por una sola célula, por lo que se les llama organismos unicelulares. En cambio, los
seres vivos u organismos más grandes como los hongos, algunas algas, las plantas y los animales,
están constituidos por muchas células, por lo que se les llama organismos multicelulares.
Todo este conocimiento, que parece sencillo, fue el resultado del estudio y la investigación
de un gran número de hombres de diversas nacionalidades a través de varios siglos. El conocimiento
sobre la célula se inicia en el siglo XVII y su desarrollo está estrechamente relacionado con
la invención y perfeccionamiento del microscopio. Un instrumento que permitió a los primeros
investigadores aumentar el tamaño de la materia viva, permitiéndoles así poder observar lo que
hasta ese momento era invisible para el ojo humano.
Enseguida mencionaremos las aportaciones hechas por algunos investigadores para el establecimiento
de la teoría celular.
Robert Hooke un físico, matemático y arquitecto
inglés dedicó cierto tiempo al mejoramiento
y empleo del microscopio compuesto. En 1665
publicó su libro titulado Micrographia, en el que
incluyó una descripción e ilustración de la estructura
del corcho. Hooke introdujo el término cé-
lula para referirse a las pequeñas cavidades que
observó con su microscopio en un pedazo de corcho
muy delgado. Estas diminutas cavidades le
recordaban a Hooke los pequeños cuartos o celdas
de los monasterios, llamadas cellulae en latín,
de ahí el nombre.
El corcho es la corteza seca del árbol llamado
alcornoque, por lo tanto, lo que Hooke realmente
vio fueron las paredes celulares de las células
vegetales que constituyeron la corteza antes que
se secara. En las plantas vivas encontró que las
células estaban llenas de “jugos”, pero a pesar de
esta observación, le dio una mayor importancia a
lo que en ese momento era más visible, la gruesa
pared celular, más que al contenido de la célula.
Su microscopio compuesto (de dos lentes) no le
permitió observar ninguna estructura intracelular
ya que sólo aumentaba treinta veces los objetos.
A Hooke se le reconoce haber sido el primero
que observó e identificó las células, además de
legarnos el término célula. Dibujos hechos por Robert Hooke sobre
las células del corcho, las cuales observó con un
microscopio similar al de esta fotografía. La célula: unidad de la vida
Mientras Hooke realizaba sus investigaciones
en Inglaterra, en un pequeño
pueblo holandés, un hombre de
oficio comerciante llamado Anton van
Leeuwenhoek perfeccionó el método
de pulido de vidrio, mejorando las
lentes. Con ellas fabricó un pequeño
microscopio simple (una lente), que
aumentaba los objetos cerca de trescientas
veces. Leeuwenhoek era un
gran observador y con los más de cien
microscopios que construyó descubrió
un mundo desconocido para el ser humano (el mundo de los microorganismos)
que sólo con sus microscopios pudieron ser vistos.
A partir de 1673, Leeuwenhoek da a conocer sus observaciones a una organización
científica, la Real Sociedad de Londres, de la que Hooke formaba parte.
Durante 40 años, Leeuwenhoek escribió 125 cartas a la Real Sociedad de Londres,
donde les narraba sus descubrimientos hechos en diversos materiales como el agua de
lluvia y de charcos, donde descubrió unos seres que el llamó “animalículos”, conocidos hoy como
protozoarios y bacterias.
En sus cartas llegó a describir las tres formas que presentan las bacterias:
esferas, bastones y espirales. Además de estos organismos unicelulares, también observó los
espermatozoides en el semen y los glóbulos rojos en la sangre. Su curiosidad era tal, que llegó a
observar su propio excremento, donde vio la Giardia lamblia, un protozoario flagelado que habita
el intestino humano.
A Leeuwenhoek se le reconoce el haber realizado las primeras observaciones de bacterias y
protozoarios; con él se inicia la ciencia de la microbiología.
Con los descubrimientos de Hooke y Leeuwenhoek se sientan las bases de la biología celular.
Lamentablemente, este conocimiento permanece estacionario por más de un siglo. Es hasta principios
del siglo XIX cuando se reconoce la importancia de las células para los seres vivos. Para estas
fechas, las técnicas de preparación de tejidos y los microscopios habían mejorado notablemente.
En 1824, el biólogo francés Henri Dutrochet llegó a la conclusión de que todos los tejidos animales
y vegetales están constituidos por diminutas células, y que el crecimiento de un organismo
era el resultado de un aumento en el número o en el tamaño de las células, o en ambos.
En 1831, Robert Brown, botánico escocés, reconoce o generaliza la presencia de un corpúsculo
central contenido en la sustancia “mucosa” de la mayoría de las células. Este corpúsculo
descrito por Brown es el núcleo.
Unos cuantos años después con los trabajos publicados por dos alemanes, el botánico
Matthias Schleiden y el zoólogo Theodor Schwann, se consolida todo el conocimiento que sobre
la célula se tenía.
En 1838, como resultado de sus observaciones de tejidos vegetales, Schleiden concluye que
todas las plantas están constituidas por células.
Al siguiente año, en 1839, después de estudiar por
años el tejido animal, Schwann afirma que los animales también están constituidos por células.
Asimismo, argumentan que cada célula es capaz de mantener una existencia independiente, ya que
los procesos vitales de los seres vivos ocurren dentro de cada una de las células que lo constituyen. Dibujos hechos
por Leeuwenhoek
de los espermatozoides
humanos, observados
con su pequeño microscopio
simple. Ambos investigadores presentan pruebas claras y convincentes
de sus ideas logrando la aceptación general de los biólogos
de la época y el establecimiento de la teoría celular, la cual
afirma:
• Todos los seres vivos están constituidos por una o más células.
• La célula es la unidad básica de estructura y función de los
seres vivos.
Posteriormente, en 1858, el patólogo alemán Rudolf Virchow,
con los resultados de sus observaciones amplía la teoría
celular y agrega una tercera afirmación:
• Las células provienen sólo de otras células.
La teoría celular es muy importante porque enfatiza la similitud
de todos los seres vivos. En la actualidad se reconoce
como una de las principales teorías de la biología.